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Luz would like it to be known that her first chapter book was Dalian Kifki by Maria Elena Walsh and illustrated by Sandra Lavanderia. “It taught me how to be a good friend,“ like the main character of the book, who is raising an elephant.
In the vein of children’s stories and the shifting of scary stories comes Calcetín: El Monstruo del Ropero. Luz likes it, because it is a fun story and has good pictures. It goes like this:
In the old wardrobe, Calcetín lay in wait until mother put the children to bed and turned off the light. His first act was to rustle through all the clothes and find clothes to dress up in. He liked to wear shirts as pants, and underwear as a hat. With a tongue like a scarf, he would catch flies out of the air. Whenever he found a pair of socks, he hid one of them.
One night Calcetín was playing as usual when he had a coughing fit. The children heard the noise and crept toward the wardrobe. It rustled again and they both screamed and ran back to their beds, hiding under the covers.
Just as the children were about to call their mother a voice came from the wardrobe, “I won’t do it anymore.”
“You . . . you wont do what anymore,” Big Sister worked up the courage to say, with a hitch in her voice.
“I wont use the talcum powder anymore. Isnt that why you were yelling? Quite frankly, my feet have smelled terrible lately,” replied the monster peaking out of the wardrobe, smiling.
Ever since that night, Calcetín and the children were fast friends. After mother would put the children to bed and turn the lights out the siblings waited silently until they heard a voice, “come along my little hairballs.” That was their sign to light the candle, get up, and run to the wardrobe, jump in and shut the door behind them.
Inside it was dark, but the clothes and other things shone, floated, and transformed. It was fantastic! There were also many smells, including the odor of Calcetín’s feet.
The three of them would play until Little Brother fell asleep. Then Big Sister would pick him up, Calcetín would take them to the door of the wardrobe, “goodnight my little hairballs,” he would say.
Mother never noticed anything, except that sometimes the wardrobe was very messy “these children,” she would think, as she looked for the pairs of socks and put clothes back on their hangers.
Everything went well, until one summer the children went to their grandparent’s house. When they came back their mother proudly told them, “your father and I painted your room, and we bought you some new things, traded in that old wardrobe for these nice cubbies.”
The children’s mouths hung open in horror and they ran to their room. Everything was in a different place and the wardrobe was gone!
That night, after mother had turned off the lights and left, the children could not sleep. Little Brother began to cry with his face pressed into the blankets so as not to make noise. Big Sister got into his bed to comfort him but they both ended up crying.
From under the bed, one of the bed skirts ruffled as a hand crept out and offered a tissue, “so that you can blow your noses, my little hairballs.”
The children lifted the bed skirt and their faces transform with joy to see Calcetín, who has now become the monster under the bed.
The End
La hora del cuento: Argentina – Calcetín.
Traduccion por Henry Tovar
A Luz le gustaría que se supiera que su primer libro fue Dailan Kifki por Maria Elena Walsh e Ilustrado por Sandra Lavanderia. ¨me enseñó como ser una buena amiga¨, como el protagonista del libro, quien esta criando un elefante.
La vena de los cuentos infantiles y el cambio en las historias de miedo viene Calcetín: El Mostruo del Ropero. A Luz le gusta, porque es una historia divertida y tiene buenas fotos. Dice así:
En el viejo armario, Calcetín espera hasta que la madre ponga a los niños en la cama y apague la luz. Su primer acto fue buscar entre toda la ropa y encontrar algo para vestir. A el le gusta usar camisas y pantalones, y ropa interior como sombrero. Con una legua como una bufanda, que podria agarrar las moscas en el aire. Cada vez que encuentra un par de calcetines, oculta uno de ellos.
Una noche Calcetín estaba jugando como de costumbre cuando tuvo un ataque de tos. Los niños escucharon el ruido y se arrastraron hacia el armario. Este se agito de nuevo y ambos gritaron y corrieron de vuelta a sus camas, escondiendose entre las sábanas.
Justo cuando los niños estaban a punto de llamar a su madre, una voz vino del armario, ¨No voy hacerlo mas¨.
¨tú… no haras que?¨, la hermana mayor se armo de valor para hablar, con un enganche en su voz.
¨no voy a utilizar mas el talco, ¿no es eso por lo que gritaban? Francamente, mis pies huelen mal ultimamente¨, respondio sonriendo el mostro desde el armario.
Desde aquella noche Calcetín y los niños eran muy amigos. Después que la madre ponia los niños a dormir y apagaba la luz. Estos esperaban en silencio hasta que escuchaban una voz, ¨ vegan mis pequeñas bolas de pelo¨. Esa era su señal para encender la vela, levantarse y correr hacia el armario, saltar y cerrar la puerta detras de ellos.
En el interior estaba oscuro, pero la ropa y otras cosas brillaron, flotaron y se transformaron. Fue increible¡ tambien hubo muchos olores, incluyendo el de los pies de Calcetín.
Los tres de ellos jugarian hasta que el hermano menor se quedaba dormido. Entoces su hermana lo cargaba y Calcetín los llevaba a la puerta del armario, ¨buenas noches mis pequeñas bolas de pelo¨, solia decir.
La madre nunca se dio cuenta de nada, excepto que a veces el armario estaba muy desordenado ¨estos niños¨, pensaba, mientras miraba los pares de calcetines y ponia la ropa de vuelta a sus perchas.
Todo iba bien, hasta que un verano los niños se fueron a la casa de sus abuelos. Cuando regresaron su madre con orgullo les dijo, ¨tu padre y yo pintamos su habitación, y le compramos algúnas cosas nuevas, cambiamos su viejo guardaropas por estos simpaticos cubículos.
Las bocas de los niños estaban abiertas de horror y corrieron a su habitacion. Todo estaba en lugares diferentes y el armario se habia ido¡.
Esa noche, después de que la madre habia apagado la luz y se habia ido, los niños no podian dormir. El hermano menor empezó a llorar con la cara pegada a las mantas para no hacer ruido. La hermana mayor se metió en su cama para consolarlo, pero ambos terminaron llorando.
Desde debajo de la cama, uno de los bordes de la cama se movieron, una mano se arrastro hacia afuera sosteniendo un pañuelo de papel, ¨pueden soplar sus narices, mis pequeñas bolas de pelo¨.
Los niños levantaron la falda de la cama y sus caras se transformaron con alegria al ver a Calcetín, que ahora se habia convertido en el mostruo de debajo de la cama.
El fin.
Comments (2)
Taking this journey with you has opened so many fantastical adventures. thank you for sharing this story and your journey. I am loving every word, picture and adventure. Love you girl. Be safe. I just enjoyed some time with your momma and shared our stories of watching you kids grow into amazing young people. You are loved!!!
Adorable. We will read it to our grandkids!