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I highly recommend this section of trail to those with ample back country and route-finding experience seeking a 2-4 day adventure through solitary and staggeringly beautiful terrain. While the more popular sections of the park (Periot Moreno glacier) see thousands of people a day, this trail and Glaciar Norte along it, will see maybe 20-30 people in a season.
I would also recommend that you come prepared with more route information than we had. Which I am sure you can find if you do your research in a country with a good internet connection (NOT Argentina). Also, plan trail-head access to and from both ends (between Estancia Haselfors and Estancia Cristina). If your budget allows, stay a night at one of the posh guest estancias at either end of the valley.
We began from the south at Estancia Cristina. Walking North through the meadows, I witnessed a place which I thought only existed in the paper back novels my mom used to read. Walking through meadows of wildflowers, a man on horseback in a billowing white shirt galloped in and out of the trees. A waterfall roared in the background as placid domesticated cattle watched peaceably. We made all the river crossings with dry feet. Could this be real?
We continued up to the lake where the woman at the park office had vaguely indicated we should. We headed for the river mouth where we met Agustine and Silvia. We took some mate together, and they told us we had overshot the trail-head by about an hour.
Wait. There is a trail?! Again, the park official had told us there was no trail. No, no, there is. They drew us a map in my pocket notebook and said we would find Boris (the guardaparque we had run into several times in town) at the other end!
Back we went, and sure enough there was a trail beginning where the river had rerouted itself, burying full size trees in white sand until they appeared to be only shrubs, then up, between the wall of boulders and the river.
We climbed steadily into the evening. Oh but the thrill of being ON A TRAIL! I felt lighter. I didn’t want to stop, afraid it might disappear from under my very feet. Boris and crew had even built cairnes!
As we entered the valley itself, we were cocky and moved too hastily and lost the trail. Still, it was a valley, how lost could one get? Again we followed cattle paths through the woods.
The next morning we woke to rain and cold wind. It broke just long enough for us to pack up. Mid morning we passed Glaciar del Norte, so very close and impressive. We could stop only for a few moments in the cover of a large boulder to eat a few much needed snacks as water dumped into our laps. We snapped a few photos and moved along up toward the pass as quickly as possible.
As we achieved the pass, the skies began to relent and hope returned. Here we made our second poor decision of the route. Instead of sticking up and to the right and dropping over the outside arm of the valley, we headed straight down into the valley through thick weaving trees which whipped our faces and stopped headlong falls down the steep wall. At one point, I dangled suspended by my backpack.
The trees gave way to fields of thick Calafate. These plants produce a lovely little berry which everyone romanticizes. They also have huge thorns, which no one talks about. They grew tall and abundant, ripping at our clothes, and were so thick our feet could not reach the ground. Sometimes there was earth below, sometimes creeks.
This brought us the third in our series of technology hardships. I lost the Delorme tracker which is a permanent feature on my pack. It is our way of communicating with the outside world, tracing our route, and locating ourselves when our GPS devices aren’t helpful. I had had it turned off at the time in an effort to save on batteries on the longer stretch and was kicking myself for this.
[The crew at Delorme are incredible people who stand behind their product and will do whatever they can to support adventurers. If you are seeking a device with wide coverage range (much more precise than the Spot) and versatile uses, check out their line of products.]
The next morning I headed back up the valley, fighting through the shrubbery for hours to search for it. I realized the extent of my capacity, re-centered, realized nothing was going to get better at this point, so I returned to camp, and we managed to climb out of the valley, up over the arm and down along the seno, again finding the official campsites and trails.
This time, we took it more slowly. If we could not find discernible trail or see a cairn, we would stop and wait and look around, rather than rushing off after a red herring.
The next morning we emerged, battered and beaten – wiser for the journey and tired after one of the longest stretches without resupply we have done yet.
La ruta del Cerro Norte.
Recomiendo altamente este tramo de sendero para aquellos con una amplia experiencia en senderismo y busqueda de rutas, y que estén persiguiendo aventuras de 2-4 días a través de terrenos solitarios y asombrosamente hermosos. Mientras que las secciones más populares del parque (Glaciar Periot Moreno ) ver a miles de personas al día, este sendero y el glaciar norte a lo largo de él, verán quizás 20-30 personas en una temporada.
También recomendaría que venga preparado con más información de la ruta que nosotros teníamos. Que estoy seguro que usted puede encontrar si haces una investigación en un país con buena conexión a internet (No Argentina). Además, el plan de acceso rastro de cabeza desde y hacia ambos extremos (entre la Estancia Haselfors y las Estancia Cristina). Si su presupuesto lo permite, alojate una noche en las elegantes estancias que estan en ambos extremos del valle.
Empezamos desde el sur en la Estancia Cristina, caminando hacia el norte a través de los prados, fui testigo de un lugar que me pareció que sólo existía en las novelas de bolsillo que mi madre solía leer. Caminar a través de prados de flores silvestres, un hombre a caballo con una camisa blanca ondeando al galope dentro y fuera de los árboles. Una cascada rugía en el fondo al tiempo que un plácido y domesticado ganado observaba tarnquilamente. Hemos hecho todos los cruces de los ríos con los pies secos. ¿podría ser eso real?
Continuamos hasta el lago donde la mujer en la oficina del parque nos había indicado vagamente que deberiamos ir. Nos dirigimos hacia la desembocadura del río donde nos encontramos con Agustín y Silvia. Nos tomamos unos mates juntos, y nos dijeron que habíamos sobrepasado el rastro de cabeza por alrededor de una hora.
Espere. ¿hay un sendero? Una vez más, el funcionario del parque nos había dicho que no había rastro. No, no, si lo hay. Nos dibujaron un mapa en mi cuaderno de bolsillo y dijo que encontrariamos a Boris (el guarda parques que nos habíamos topado varias veces en la ciudad)en el otro extremo.
Nos devolvímos, y bastante seguro había un sendero que comienza donde el río se había desviado en sí, enterrando árboles de tamaño completo en la arena blanca hasta que parecían ser solo arbustos, luego hacia arriba, entre la pared de rocas y el río.
Hemos aumentado constantemente en la noche. Ah, pero la emoción de estar en un SENDERO! Me sentia mas ligera. Yo no queria parar, con miedo de que desapareciera bajo mis pies, Boris y el equipo incluso habian construido un cairnes!.
Entramos en el valle en sí, fuimos engreidas y nos transladamos con demasiada prisa y perdimos el rastro del sendero. Aún así, era un valle. ¿como podría perderse, cuan perdido uno podría estar? Una vez más seguimos los caminos de ganado a través del bosque.
A la mañana siguiente nos despertamos en la lluvia y con un frío viento. Se acabo en el tiempo suficiente para poder empacar, a mitad de la mañana pasamos el Glaciar del Norte, bastante cerca e impresionante. Pudímos para sólo por unos pocos momentos en la cubierta de una gran roca para comer unos bocadillos muy necesarios y agua que caiga en nuestros regazos. Sacamos algunas fotos y nos trasladamos hacia arriba y adelante lo mas rapido posible.
Como logramos el pase, el cielo comenzó a ceder y la esperanza regresó. Aquí hicimos nuestra segunda mala desición de la ruta. En lugar de apegarnos arriba y hacia la derecha y dejando caer por el lado exterior fuera del valle, nos dirigimos directamente hacia el valle a través de árboles de tejido grueso, que nos azotaban la cara, y nos detuvimos en una pared escarpada. En un momento dado, me colgaba suspendida por mi mochila.
Los árboles dieron paso a los campos de Calafate espeso. Estas plantas producen una pequeña baya preciosa que todo el mundo idealiza. También tienen grandes espinas,de las que nadie habla. Crecen altas y abundantes, por lo que rasgan la ropa y son tan gruesas que nuestros pies no podian llegar al suelo. A veces había tierra abajo y arroyos.
Esto nos llevo al tercero en nuestra serie de dificultades tecnológicas. He perdido el rastreador Delorme, que es una característica permanente en mi mochila. Es nuestra manera de comunicarnos con el mundo exterior, la localización de nuestra ruta, y la localización de nosotras mismas con nuestros dispositivos GPS no son útiles. Habia tenído que apagar en un momento haciendo un esfuerzo de ahorrar bateria en el tramo mas largo y estaba pateandome a mi misma por esto.
[El equipo de Delorme son personas increibles que están detrás de su producto y harán todo lo posible para ayudar a los aventureros. Si usted esta buscando un dispositivo con amplia gama de cobertura (mucho mas preciso que el ´´spot´´) y usos versátiles, eche un vistazo a su línea de productos].
A la mañana siguiente me dirigí de nuevo hacia el valle, luchando entre los arbusto por horas para encontrarlo. Me di cuenta de la magnitud de mi capacidad, re centrando, me di cuenta que nada iba a mejorar en ese punto, así que regrese al campamento, encontramos la manera de escalar fuera del valle, sobre el brazo y bajando por el seno, de nuevo buscando los campamentos oficiales y los senderos.
Esta vez, nos tomó mas lentamente. Si no hemos podido encontrar rastro perceptible o ver a un montón de piedras, hubiecemos parado y esperado y echar un vistazo alrededor, en lugar de salir corriendo tras una cortina de humo.
A la mañana siguiente, maltratadas y golpeadas, mas prudentes para el viaje y cansadas después de unos de los tramos mas largos sin reabastecimiento que hemos hecho hasta ahora.
Comments (5)
We appreciate the pictures and descriptions of your journey to the glacier park. We thank God that Boris, the park guard was there to greet you and help you on your journey. It is amazing how you are enduring such cold and rain! Take care, With prayers for your safety, Cliff and Martha Rawley
You’re doing great!!
An odyssey indeed! You’re very gifted at writing, by the way. I love reading your stories. Merry travels!
i agree with matt, above, you are an amazingly precise writer. so refreshing in this world of anything goes…like me with no caps…i claim to want to be like ee cummings, though, and i guess i am lazy 🙂
thanks for the update. gotta crazy glue that gps gizmo to your pack
This was some journey. So glad you are safe. What an adventure. As always so proud to be in your circle. Always look forward to hearing your adventures. Love Henry and jaki