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We walked through the forest on double and single track trails into a pobladores yard who pointed the way out to x-905. Roadwalking along on a drizzly day, we passed Padre Ronchi’s chapel, across from Estancia Las Margaritas.
We wove quickly along the road, around smaller mountains and hills. The diversity of geography, colors and texture of the rock. Rain runs colors and patterns, belying overhangs. Peat moss bogs abut cliffs.
Where the road split we followed left, walking past a Carabinero (Chilean police) guard station. A lone dog barked insistently. As we stood about 50 meters past the low white building, assessing the small river, a bright red truck raced up to us and the guard rolled down the window. “There is nowhere to hitchhike to from here,” he said.
“We know, we aren’t hitchhiking. There is a trail we want to walk down this road.”
“This road ends. Also, you can’t cross this river.”
We eyed the calf deep ripples.
I chatted with him some more. Being able to speak Spanish has opened many doors and routes for us along the way so far, I was hoping it would work again.
“Get in the truck,” he indicated we should get into the back, I eyed him doubtfully. “I will take you across,” we chucked our packs in and hopped on board. He roared the engine, speeding off-road down along the river, backwards and pulled back in to the guard station. He hopped out of the truck. “Wait here,” he walked inside.
I was trying to feel out the situation. Oftentimes I miss large pieces of what is being said to the quips and particularities of Chilean Spanish. Had I misunderstood? We had thought he was just going to take us across the river.
We waited. Unsure.
He returned with a woman who smiled at us and hopped in the truck. Again the truck picked up more speed than we thought was possible going to the river where he then slowed to a crawl to go through. On the other side we thought he was stopping and prepared to hop out but it appears he was just shifting gears as we roared forward again along the smooth dirt road. Bobbing and weaving around rockslides and heavy machinery.
There are so many moments on this journey when we realize we are not in control and to try to be would be to stunt the experience as a whole. I did not like that we were cheating these kilometers but besides a tuck and roll, didn’t know what to do. So instead I relaxed and was grateful for the ride.
He stopped at Lago Christie, near the start point of the Ruta de Pioneros.
Leaning against the truck, “so, you girls must really like walking,” he mused, watching us unload.
“Yup.”
He laughed. “No one comes out here to walk.”
“Yes sir, but there is a route the pioneers followed.”
“You have it marked?”
“Yes sir, we have maps and GPSes.”
He eyes us and our gear, “your backpacks are really small.”
“We have 9 days of food and multiple trackers.”
Again, he looks us over, now rucked up and ready to ease out of this exchange.
“Very well, be safe,” he shrugs and grins at last. Hopping back into the truck he and his lady speed off around the lake.
We find a few piles of cairns a few hundred meters back from the lake and duck into the shrubs to eat lunch and bolster for the unknown ahead.
Caminos y policías
Traducción por Henry Tovar
Caminamos a través del bosque por senderos dobles e individuales hacia el patio de Pobladores que señaló el camino a X-905. Caminando por la carretera a lo largo de un día lluvioso, pasamos la capilla del Padre Ronchi, al otro lado de la estancia Las Margaritas.
Nos abrimos paso rápidamente a lo largo de la carretera, alrededor de las montañas y colinas más pequeñas. La diversidad de la geografía, colores y la textura de la roca. La lluvia corre colores y patrones, desmitiendo voladizos. Pantanos de turba de musgo colindan con acantilados.
Donde el camino se divide seguimos a la izquierda, caminando más allá de una estación devigilancia de Carabineros (Policía Chilena). Un perro ladró con insistencia en solitario. Mientrás estábamos a unos 50 metros más allá del pequeño edificio blanco, evaluando el pequeño río, un camión de color rojo brillante corrío hacía nosotras y el guardia bajó la ventanilla. ´´No hay ningún lugar a dedo a partir de aquí´´, dijo.
´´Sabemos, no estamos haciendo autostop. Hay un sendero y queremos caminar por este camino´´.
´´Este camino termina. Ádemas, no se puede cruzar este río´´.
Vimos las ondas profundas de su pantorrilla.
Charlé con él un poco más. Ser capaz de hablar español ha abierto muchas puertas y rutas para nosotros en el camino hasta el momento, esperaba que iba a funcionar de nuevo.
´´Entren en el camión´´, indicó que debíamos entrar en la parte de atrás, lo miré dudosa. ´´Te llevaré al otro lado´´, tiramos nuestros paquetes y saltamos a bordo. Rugió el motor, acelerando fuera de la carretera a lo largo del río, en retroceso y estacionandose en la estación de guarda. Él saltó de la camioneta. ´´espera aquí´´, entró. Yo estaba tratando de sentirme fuera de la situación. A menudo me olvido de piezas grandes de lo que se dice de las ocurrencias y particularidades del Español de Chile. Yo había entendido mal? Habíamos pensado que estaba apunto de llevarnos a través del río.
Esperamos, inseguras.
Volvió con una mujer que nos sonrió y se metió en el camión. Una vez más el camión recogió más velocidad de lo que pensábamos era posible ir al río en el que a continuación se desaceleró a una marcha lenta para pasarlo. Por otro lado pensamos que iba a parar y se dispuso a salir de un salto, pero parece que sólo estaba cambiando de marcha a medida que rugimos de nuevo hacía adelante a lo largo del camino de tierra lisa. Moviendonos, y tejiendo nuestro camino a través de rocas deslizadas y maquinaria pesada.
Hay tantos momentos en este viaje cuando nos damos cuenta que no estamos en control y tratar de estarlo arruinaría la experiencia en conjunto. No me gustó que estabamos haciendo trampa con estos kilometros pero además de rodary seguir, no sabía que más hacer. Así que me relajé y agradecí por el viaje.
Se detuvo en el Lago Christie, cerca del punto de inicio de la Ruta de los Pioneros. Apoyado en el camión, ´´entonces, a ustedes les debe gustar caminar mucho chicas´´. Reflexionó, mirandonos descargar.
´´si´´
Él rió. ´´nadie viene aquí a caminar´´.
´´sí señor, pero hay una ruta que los pioneros siguieron´´.
´´lo tienes marcado?´´.
´´sí señor, tenemos mapas y GPS´´.
Nos miró a nosotras y nuestro equipo, ´´sus mochilas son muy pequeñas´´.
´´tenemos 9 días de comida y múltiples seguidores´´.
Una vez mas nos miró, ahora arrugado y listo para aliviarse de su intercambio.
´´Muy bien, sean cuidadosas´´, se encogió de hombros y sonrió al fin. Saltando de nuevo a su camión con su mujer aceleró alrededor del lago.
Nos econtramos con un par de pilas cumulos de piedra a unos pocos metros atrás del lago y patos en los arbustos para comer del almuerzo y reforzar por lo desconocido por delante.
Comments (2)
Great story! A lesson in letting go…
Thanks for sharing the amazing story of your walk on the pioneer road.
Cliff and Martha