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A network of backroads led us up the clefts along the Rio Azul river valley west of El Bolsón. Clouds kept it from being too chilly, and the sun-figures flitting on the mountains to the east kept my mind alert.
I feel comfortable and calm – settled into the routine but fighting to keep our minds from turning into mush. There is this weird brain ache that can catch a hiker. So I try to keep my mind engaged, dig for details. What are the shapes of the leaves? I can smell water, is it from the clouds or the river? What year was the Schengen Agreement signed?
Neon and I talk about plans. When will we take a morning break? What kind of cakes is she going to bake when she gets back to the US and her kitchen? Food that involves more than just boiling water! Just talking about Dulce de Leche makes me drool. Although I have been refilling a precious plastic container of what was once Nutella with dulce for so long I get them confused.
Emerging onto the cliffs above the river, we can see back to where we’ve come from. Lago Puelo and the Tres Picos beyond. I delight in the colors of autumn. A crew of kayaks practice rolling in the river below.
We pick apples and berries as we walk. The apples are much smaller, and there is a wide variety in the flavors. Each tree is unique. Sometimes we come to forks in the road and the trail shortcuts.
The days flow into one another. Time becomes something different. Daily journal entries say it is mid spring back in the US, but what truly speaks is the cooling air and changing colors. Neon has a plane ticket home next month. We make, revise, edit, and forget plans.
The Huella turns to follow an aqueduct, and we are thrown back in time to the PCT, to walking in the desert. We cross the high planes and then begin to drop, again, into the river valley at the feet of the peaks.
Quail explode from the shrubs. Trail weaves with road; our flow is smooth, and we feel secure and certain about our direction so fret a great deal less. We are curious when one rough dirt road track abruptly ends and there are two cars parked in a small meadow. It is truly impressive what Argentine’s can get their cars over. And where did the occupants of these cars go?
Dropping to the floor of the valley, it is evening as we pass along the fence to Abram’s house. He strides out and crosses his arms on the wood frame of the gate as his hunting dogs come out to investigate and nip.
We chat about our direction and route. His family are visiting, “you’ll come in for a mate.” The invitation is implicit. We had ideas of making the river crossing by this evening but by now know our plans mean less than the opportunities which find us. To deny them would be to neglect an integral nourishment of this journey. These are the keepers of the land, you cannot understand one without the other.
We end up spending the night. The river crossing will still be there in the morning.
En las Riberas del Río Azul
Traduccion por Henry Tovar
Una red de carreteras secundarias nos llevaron hasta las hendiduras a lo largo del valle del Río Azul al oeste del “Bolsón”. Las nubes lo mantenían de ser demasiado frio. y las figuras soleadas que revolotean en las montañas al este mantienen mi mente alerta.
Me siento cómoda y tranquila, nos asentamos en la rutina pero luchando por evitar que nuestras mentes se conviertan en papilla. Es este dolor cerebral raro que puede coger un excursionista. Así que trato de mantener mi mente ocupada, excavando en busca de detalles. ¿Cuáles son las formas de las hojas? puedo oler el agua, ¿es de las nubes o del rio? ¿En qué año se firmó el Acuerdo de Schegen?
Neon y yo hablamos acerca de los planes. ¿Cuándo vamos a tomar el descanso de la mañana? ¿Qué tipo de pasteles ella va a hornear cuando vuelva a los EE.UU. y su cocina? Alimentos que implican algo más que agua hirviendo! Solo hablar del dulce de leche se me hace agua la boca. Aunque he estado llenado un recipiente de plástico precioso de lo que antes era nutella con dulce por tanto tiempo que los confundo.
Emergiendo de los acantilados sobre el río, podemos ver de nuevo de dónde venimos. Lago Puelo y Tres picos allá. Me deleito con los colores del otoño. Un equipo de kayaks practican rodando río abajo.
Cogimos manzanas y bayas mientras caminamos. Las manzanas son mucho más pequeñas, y hay una amplia variedad en los sabores. Cada árbol es único. A veces llegamos a bifurcaciones en el camino y el camino se hace más corto.
Los días fluyen uno tras del otro. El tiempo se vuelve algo diferente. Entradas de diarios dicen que es mediado de primavera de vuelta en los EE.UU. pero lo que realmente habla es el aire frio y los colores cambiantes. Neón tiene un billete de avión a casa el próximo mes. Hacemos, revisamos, editamos y olvidamos los planes.
La huella se vuelve y sigue un acueducto, y volvimos en el tiempo para el PCT, a caminar en el desierto.
Cruzamos los altiplanos y luego comenzamos a caer, de nuevo, al valle del río a los pies de los picos.
Las codornices explotan desde los arbustos, el sendero se teje con a carretera, nuestro flujo es suave, y nos sentimos seguras de nuestra dirección así que nos esforzamos menos. Tuvimos curiosidad cuando una pista de camino de tierra áspero termino abruptamente y había dos autos aparcados en un pequeño prado.
Es realmente impresionante donde pueden los argentinos poner sus autos. Y a ¿dónde van los ocupantes de estos autos?
Cayendo al suelo del valle, es de tarde a medida que pasamos a lo largo de la cerca a la casa de Abram.
Camina hacia afuera y se cruza de brazos en el marco de madera de la puerta al tiempo que sus perros de caza salen a investigar y hacer contacto.
Charlamos sobre nuestra dirección y ruta. Su familia está visitando, “entraran para tomar un mate”. La invitación es implícita. Tuvimos ideas de hacer el cruce del río por esta noche, pero por ahora sabemos nuestros planes significan menos de las oportunidades que nos encuentren. Negarlos seria descuidar un alimento integral de este viaje. Estos son los guardianes de la tierra, no puedes entender a uno sin el otro.
Comments (1)
Love the pictures! Especially the fork… so random.